Vivir cerca del mar no es solo un sueño: una experiencia personal.

Marcela Raiden.

La epidemia de Covid 19 que se desató en la Argentina y en el mundo a inicios del año 2020 aceleró un movimiento que ya venía gestándose en algunos sectores de la sociedad argentina, que optaban por mudarse lejos de los centros urbanos.  Este movimiento, se vio acompañado por el crecimiento de diversos desarrollos urbanísticos que vinieron a satisfacer una demanda de una vida más tranquila y en contacto con la naturaleza. 

El éxodo urbano que se registró luego de la crisis sanitaria impulsó el interés no solo por lotes y condominios en las afueras de las ciudades, sino también en los principales destinos costeros bonaerenses, como las ciudades de Pinamar y Mar del Plata. 

Vivir cerca del mar o en zonas alejadas de los grandes centros urbanos se volvió un sueño posible por el advenimiento del home office que impactó en los hábitos de la organización de la vida laboral e hizo que los trabajadores pudieran elegir dónde vivir sin descuidar sus actividades laborales. 

El movimiento migratorio produjo efectos en diversas esferas multiplicando, por ejemplo, los espacios comerciales para atender al nuevo público, así como también el mercado del real estate.

En este contexto de cambio, la ciudad de Mar del Plata se posiciona como una de las elegidas a la hora de pensar en un cambio, dado que combina los beneficios de una gran ciudad (servicios educativos, de salud, culturales, deportivos etc) y el mar como el actor central del cambio. 

Según las últimas investigaciones, vivir cerca de espacios verdes retrasa el envejecimiento y mejora nuestra salud dado que se atenúan los efectos de la contaminación presentes en las grandes ciudades.

Un cambio personal:

Hace 3 años tomé la decisión junto a mi familia de mudarnos a la Ciudad de Mar del Plata. Vivía en la Ciudad de Buenos Aires, trabajaba en un Hospital Nacional, especializado en salud mental y adicciones. Tenía a mi cargo la conducción del área de investigación del mencionado Hospital. Llevaba muchos años de vida institucional. 

El contexto de la pandemia, me posibilitó ver más allá, pensar en la vida que quería para mí y mi familia. El aislamiento social preventivo, marcó un cambio en nuestras rutinas laborales y educativas, y es precisamente en ese contexto que comienza a madurar la decisión de mudarme a la Ciudad de Mar del Plata, junto a mi marido y mi hijo que en aquel momento había cumplido los 5 años de edad. 

Es así que pasamos de soñar con una vida cerca del mar y en contacto con la naturaleza, a materializar el cambio, a darle forma y en el mes de marzo del año 2021 mi hijo estaba iniciando la sala de 5 años en la Ciudad de Mar del Plata, y nosotros a darle forma a nuestra nueva vida…..

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